Desde que tengo recuerdos, me apasiona viajar.
Viajar tiene para mí un significado que va más allá de «descubrir nuevos lugares y culturas»; alejarme de lo cotidiano me produce la sensación de abrir mi mente a nuevas ideas y de poder cuidarme con mayor eficacia.
Incluso en mis escapadas, la fotografía sigue siendo la herramienta expresiva con la que me siento más cómodo; el lenguaje que me permite hacer visible lo que veo y lo que siento.

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En esta sección se recogen algunas de mis experiencias regeneradoras: viajes cortos, de 48-72 horas como máximo, o viajes más exigentes (los menos recientes, por desgracia...) o incluso simples excursiones fuera de mi barrio.

 

¡Un poco de relajación siempre ayuda!